miércoles, 28 de marzo de 2007

Buddha Sounds, ritmos posmodernistas creados para un mundo sin fronteras



Pues sí, el proyecto argentino Buddha Sounds que se enmarca en el género chillout de la música electrónica visitará el Ecuador el mes que viene y dará a conocer su propuesta, parte de las últimas corrientes musicales a escala mundial, con una filosofía asimismo electro-oriental.

Todo empieza con la búsqueda “digital” de la añorada tranquilidad en una sociedad que habita en un mundo desenfrenadamente rápido, que está estrechamente enlazado a la Internet, el Play Station, los videoclips y la junk food. Lo que se podría traducir, musicalmente hablando, en la concepción actual de lo más comercial y discotequero, el tecno; el cúmulo de fragmentos que conforman el diario vivir de la gente en la actualidad simplemente se denomina, como diría Jean Baudrillard, posmodernismo. Y no es inherente a las sociedades industrializadas o del primer mundo ya que el rasgo positivo de la globalización discutida en esta corriente filosófica es la pérdida de la exclusividad de la frontera, por ende, estas manifestaciones no tienen barreras para difundirse. Lo malo es que asimismo con la rapidez que empiezan, finalizan, en fin...

Para la suerte de los adeptos de la música electrónica no convencional hay una gran variedad de géneros cuya ideología se desarrolla sobre la base de la fusión de importantes ritmos folclóricos de cada región, y no en función de caer en la hibidrez más banal sino con el fin de lo que en términos cinematográficos se denomina flashback. Partiendo de que esa es la nueva tendencia en cuanto a las artes se refiere. Somos espectadores de una psicosis urbana que está en la búsqueda de cierta digerida espiritualidad con tintes de comida sana y light, aunque lo light,a fuerza de aspartame, sea lo más antinatural que existe en cuanto a comida; asimismo resultaría light lo que el término chillin dennota. Una palabra del inglés que significa relajarse, lo que enseguida se ha aplicado a un género específico de música electrónica cuya finalidad es precisamente esa, el relax, no en vano se han escuchado términos como after office, after party, lounge, y una gran variedad de palabras que han pasado a ser neologismos de manera fácil, ya que el inglés es el lenguaje del posmodernismo y los habitantes de todos los países tendrán que hablarlo en plazo de pocos años.

El referente más grande que tenemos para el chillout sin duda alguna es la serie Café del Mar que hoy se encuentra en su 13.ª edición, nacido en una de las capitales de la música electrónica en el mundo, las europeas islas de Ibiza, uno de los sitios más concurridos por los famosos a partir de finales de los años sesenta. Conocí las islas de Ibiza a través de la canción de Pink Floyd del mismo nombre, del album More, por lo que no es nuevo que este sitio español sea un referente en lo que a diversión europea se refiere.
Café del Mar nació a manera del soundtrack de las puestas de sol costeras de la mano del DJ famoso José Padilla, a quien se le atribuye la máxima invención de lo que se denomina chillout music, otros representantes menos famosos son Lenny Ibizarre y Paco Fernández, sin dejar a un lado la conexión de este género con el triphop electrónico muy difundido en Europa con representantes como la actriz Najwa Nimri, pero esta corriente experimental que cuenta con el apoyo de los instrumentos musicales y de la voz de una artista es materia de otro análisis.

En Café del Mar confluyen varios ritmos e ideologías dignos de escucharse y de leerse. A partir de 1994 constituyen una especie de re-innovación musical al mezclar desde música clásica, pasando por Mozart y Beethoven, hasta ritmos de flamenco y bossa nova, sin olvidar la música árabe e india con los acordes de la música electrónica soft. Esta colección ha llegado ha considerarse un hito musical ya que ha logró internacionalizarse a escala mundial, tanto así que el famoso bar Café del Mar, del que fue tomado el nombre para bautizar a esta colección, tiene varias sucursales en toda España y hasta no sería raro que abra franquicias en el exterior. Relativamente en poco tiempo, el chillout ha pasado a ser un símbolo de lo contemporáneo porque más que música insmiscuye un estilo de vida propio del mundo actual.

Con estos antedecedentes, América del Sur no se ha quedado fuera. Argentina, país que tiene estrechas relaciones artísticas con Europa, posee grandes representantes de este género como Bajo Fondo, Narcotango y Buddha Sounds y son las últimas manifestaciones de este relativamente nuevo género que nace a partir de 2002 en las tierras gauchas. Los dos primeros son una innovación para el mismo folclor argentino ya que elaboran una mixtura del tango con lo electrónico, para crear un nuevo género que es escuchado por la nuevas generaciones, el electrotango; sin embargo el tango es un ritmo cien por ciento argentino pero que gracias a esta mezcla posmodernista ha pasado a pertenecer al mundo, tal como ocurre en la globalización.
Así, Buddha Sounds se ha tomado la atribución de mezclar ritmos árabes e indios, que ya no son exclusivos de esas regiones exóticas porque el mundo los ha regresado a ver en un flashback para tomarlos como parte de su repertorio y de la moda actual con la música electrónica. De esta forma, el “gurú” argentino Alejandro Seoane ha realizado una zaga de tres álbumes y los pone en el tapete para el gusto del público más experimental (A Personal Voyage Into a Down Tempo Lands del 2002, Arabic Dream del 2003 y Chill In Tibet del 2005), de la misma esencia de la serie parisina Budhha Bar que ya cuenta con ocho ediciones.
Buddha Sounds no deja de ser light ni de ser un producto elaborado con retazos, pues lleva el sello del fragmento al que me referí anteriormente. El chillout está elaborado sobre la base de fragmentos de aquí y de allá, es innegable, pero asimismo es un producto de la actualidad porque ya no hay grandes obras magistrales y porque al parecer en esta época ya todo está creado. Lo que ya está creado es el elemento con lo que a su vez se re-crean nuevas obras a manera de laboratorio.
Seoan, su aka, presentará Buddha Sounds en Quito el viernes 27 y sábado 28 de abril en el Teatro Bolívar en un performance innovador que combina imágenes de video, la fragancias del sahumerio, la danza de bailarinas provenientes de la India con sonidos digitales y acústicos, lo que constituye una experiencia totalmente sinestésica-electro-acústica que llega más allá del estrictamente sentido auditivo.

martes, 27 de marzo de 2007

VIDA/DIVA


No se me había ocurrido hablar de Madonna hasta que vi A la cama, un documental de 1991, en el que se descubre a la verdadera Madonna Louise Ciccone, la “Reina del pop”, la “Chica Material”...entres otros llamativos sobrenombres. No se trata de un ejemplar cinematográfico en el que se puedan admirar y percibir los recursos fílmicos sobresalientes del séptimo arte, sin embargo mediante un interesante clarooscuro es posible entender ciertos momentos de la vida de esta diva estadounidense que la marcaron para siempre.

Encandilada en el lado más banal de la industria musical, pocos conocen sus orígenes, menos aun su verdadero talento: la danza y el desarrollo de una voz sobresaliente que no combinaría exclusivamente con los acordes poco elaborados del pop pero que lo hace bien junto con una imagen camaleónica que ha logrado sobrevivir más de dos décadas. Así, Madonna no es “la reinita del pop con aires de puta”, como la conoce la gente de la generación que me antecede, Louise Ciccone es un talento que podría pararse al lado, del igualmente camaleónico David Bowie, el padre del pop.Así, Bowie y Ciccone, íconos de una cultura fundada por Andy Warhol, para muchos han cometido el pecado de comercializar su talento a cambio recibir grandes regalías, “grandes regalías” es poco en comparación con el imperio monetario que las dos figuras han logrado juntar, a fuerza de historias y escándalos mediáticos que han empañado el verdadero talento de dos personalidades que llegaron demasiado lejos.

Y Madonna no era nadie, solo una new wave girlie (nacida en Detroit, en 1958) con ganas de trabajar, más alla también poseía astucia, manía y llamaba la atención por donde iba. Sin ser tan alta (no más de 1,60) cortaba la respiración de cuanto elemento masculino la veía, porque esta chica tenía algo más: es como ese “algo” o “ese ángel” que posee cierta gente a la que vemos y que nos ha enganchado y no sabemos por qué, personalidad “imán” se llama, algo que se relaciona también con “la personalidad esponja”, atrae hacia sí todas las energías circundantes, es una Messiah, una punta de las estrella de David, la piedra en el zapato del mundo...y no ha dejado de serlo. Hace poco, en la última gira (2006) Confessions of a Dance Floor, aún escandalizaba al seguir utilizando referentes religiosos en sus conciertos, lo que siempre fue condenado por El Vaticano... “sacrílega” resultó esta bailarina irreverente.

Existen tantos mitos alrededor de su vida: una violación, una cantidad inconmensurable de amor y desamor, drogas, sexo desenfrenado, bisexualidad........ mi objetivo no es tratarla desde el punto de vista de la polémica, aunque su persona desde todo enfoque constituya en sí una polémica.
El primer punto que sentí “coyuntural” en su biografía fue la muerte de su madre (a raíz de un cáncer de mama) cuando Madonna solo tenía 5 años. Su madre, también llamada Madonna, falleció joven, no pasaba de los 30 años. La primera y última vez que Madonna visitó su tumba fue en su infancia; jamás regresó porque no pudo asimilar del todo el que una figura importante en la niñez de cualquier persona se haya marchado para siempre. Aunque vivió impregnada hasta la médula del catolicismo de su familia, lo cual es notorio a flor de piel por el imaginario de sus creaciones, se percibe la lucha de contrarios dentro de su existencia, la niña buena vs. la niña mala, que nace con un rechazo hacia la figura paterna a partir del fallecimiento de su madre, ya que él posteriormente decidió casarse con la niñera de la familia, hecho que Madonna jamás le perdonó y por el que “expulsó” a su padre de su vida y una de las causas por las que se marchó a Nueva York sola.

Toda una vida de danza

Es precisamente ese “ángel” innato el principal recurso de un bailarín, más allá de la rigurosa técnica que utilice. Es notorio que Madonna es una virtuosa que empezó con el ballet y con el paso del tiempo fue perfeccionándose con otras técnicas; sin embargo el virtuosismo solo es un medio y no un fin para que el cuerpo de un artista trasmita la racha de sensaciones que ella ha dejado en el público durante las diferentes épocas de su trayectoria: la new wave girlie (en los años de "Chica Material"), la femme fatale (en su momento de Erotica), el ícono religioso con influencias orientales (en Ray of Light) y finalmente un retorno hacia los tempranos ochenta con una combinación de disco en sus últimos años.
Por supuesto que cada época imprime un carácter distinto en su forma de bailar. Exhaustiva, provocativa, funkie, hindú…hay distintas formas de mover piernas y brazos, con un semblante facial característico que además habla mucho con sus ojos.
Madonna baila con su sexo en un fraterno lazo con el amor. Lo que baila con ella es la pasión de una mujer fuerte desbordante de energía; sin cansarse derrocha un brillo inigualable. Es la maestra de cualquier aspirante de los nuevos programas que muestran el proceso para convertirse en una estrella de este género, pero también es la artista del underground neoyorquino cuyo ejemplo de trabajo es lo que vale la pena en medio de su dolorosa temprana vida.
Y su trayectoria dancística es impresionante. En 1976 recibió una beca de danza para la Universidad de Michigan, allí conoció a Christopher Flynn, quien resultó ser el mentor de este talento en ella; además la introdujo en el ambiente gay en donde pudo probar en el ámbito del baile. Así inició la suerte de este personaje “polémico”, ya que después de dos años abandonó la Universidad de Michigan y acudió a la metrópoli neoyorquina, y sin un solo centavo en el bolsillo. Para sobrevivir lo hacía a costa de amistades y amantes y, una que otra vez, posaría desnuda para revistas y películas.
A finales de los años setenta, y con un talento artístico innato, Madonna llegó muy lejos. Fue discípula de Martha Graham, una de las más importantes bailarinas y coreógrafas de danza contemporánea a escala mundial. Basta recordar con que Martha, quien murió en 1991 (el mismo año que se estrenó A la cama), dejó un legado importante para la danza, la técnica Graham, paso importante para cualquier bailarín de la técnica moderna. Madonna más tarde trabajó con varias compañías de danza moderna, incluyendo a Alvin Ailey y Walter Nicks.
"El amor es emoción, y el sexo, acción"

Dicen que para seres tan sensibles enmascarados en distintas facetas el amor es el centro de su vida. A Madonna se le ha ligado a cuanto ser masculino se le ha visto conversando con ella. En A la cama, está ligada al legendario Warren Beatty (Bonnie & Clyde), actor mucho mayor a ella .Y solo amó a Sean Penn, con quien tuvo una aparatosa relación de violencia durante casi cuatro años.
"El sexo solo es sucio cuando no te lavas”, dijo alguna vez, esta diva que enmascaró de pasión toda acción de sus tempranos años. Con lencería sensual y una voz grave, Madonna consiguió la irreverencia sexual y desenfrenada, el puctum de El Vaticano y Canadá, prohibida en muchos sitios y amada en otros, Madonna solo buscaba cariño y….dinero.
Se percibe un época en la que esta búsqueda es exhaustiva y desenfrenada que arranca con los años noventa a través de su controversial álbum Erotica. En su imaginario existe una mezcla de de signos y poses sexuales, religiosos, raciales y de género en donde no hay límites; ahí es cuando Madonna se ganó la imagen de provocadora, trasgesora, para unos, escandalosa, para otros, así como de talentosa, y puta, respectivamente.
Pero el amor más grande que pudo haber derrochado Madonna no fue hacia ninguna pareja. Madonna es madre, es el espíritu protector, la madre que nunca tuvo en su adolescencia. Ella se convirtió en la protección maternal de sus bailarines y de la gente del staff de sus giras. Así lo afirmó alguna vez.
Esta es la base de su afortunada carrera, Louise Ciccone tuvo que llorar y pasar la ya tan conocida “catarsis” para vivir un cuento de hadas, casarse con un intelectual director de cine, por supuesto europeo, tener dos hijos y uno adoptado recientemente, por el que también causó escándalos, poseer todo el lujo del mundo y una enorme empresa musical ya que también se descubrió como madrina de las nuevas estrellas del pop.
Así A la Cama logra juntar su dolor ante la pérdida, la soledad, el amor, el lado materno y la búsqueda “desenfrenada” de Madonna. De polémica mediática no recoge una pizca.

La última es-cena, un rito mortal contestatario

A medida que pasan los años, el bailarín y coreógrafo ecuatoriano Kléver Viera ha adquirido y fortalecido un lado radical que cada vez es más evidente, que arranca con Vista de Ojos, danza estática en primer plano, a través del trabajo dancístico que refleja el sentir de lo urbano y los problemas que conlleva el vivir en la ciudad.

Viera se nutre del imaginario ecuatoriano-urbano, a la vez alienado, a la vez posmodernista, sin olvidar sus raíces propias, su esencia andina.
La trayectoria de Viera, de casi 30 años, es sin duda uno de los aportes más importantes para el escenario nacional, por no decir el más importante, su trabajo ha sido siempre el más irreverente y provocativo de entre sus pares y colegas, que parte del espíritu, el sexo y el animal del ser humano.

El principal referente de Viera es el Tanzteather alemán, ya que el género teatral está vinculado a las últimas corrientes dancísticas relacionadas con el posmodernismo (fragmento, repetición, instrospección, “simpleza”, fragmentos musicales digitalizados, etc.). Así vemos en Viera utilizar un imaginario urbano-decadente en el que el hombre lucha por reafirmarse por encima del dolor y la existencia en un mundo que no ofrece nada más que banalidad, consumismo y trabas sociales.

En La última es-cena resulta magistral la conversión hacia lo estético de la problemática urbana que Viera ha plasmado en un tono oscuro y metálico; es precisamente en estos soportes, que se perciben en la obra a través del uso de trajes negros, cuero y chatarra, lo que convierte a la pieza -de una hora aproximadamente- en un performance contestatario, hasta cierto punto fascista, que ofrece al espectador la fuerza para ir contracorriente a pesar de la decadencia urbana en la que el hombre debe vivir actualmente.

Además resulta necesario destacar la combinación de la música en vivo a cargo de los recientemente reestrenados Sal y Mileto, quienes a pesar de haber puesto un alto a su trayectoria a raíz de la muerte de uno de sus integrantes, encontraron que una de la formas para volver al escenario fue el trabajo conjunto con Kléver Viera, quien precisamente parte de la muerte para regresar a ella y con la que ha elaborado trabajos de una espectacular belleza acorde con las últimas corrientes dancísticas a escala europea.
Sal y mileto logra fortalecer lo radical de la obra, pues con la utilización de melodías construidas a base del rock, el thrash, el jazz, lo electrónico-experimental, proporciona un ambiente “industrial” que roza temas: empezando por la temática de Vista de Ojos, la migración, tópicos como la soledad, la diferencia entre seres humanos y el rito fúnebre que empezó en el Arrastre de la caudas, con un espíritu rebelde y muy contestatario, mediante el trabajo individual de cada bailarín y sus visiones ante este tipo de problemas.

Ese es el proceso que Viera tiene para crear. Los movimientos mínimos que se perciben en cada bailarín son un producto que ha nacido a partir de las sensaciones internas y espirituales que pueden traer al tapete los temas que Viera viene tratando a partir del año 2000. Así, con un minucioso taller de experimentación, como él llama al armado de cada coreografía, resulta peligroso para sus alumnos el inmuiscuirse en cuerpo y alma para trasmitir al espectador sensaciones muy recurrentes como el dolor y la muerte, asimismo construirlo es un bautismo que limpia al bailarín para elaborar una infinidad de expresiones que el espectador siente de las misma forma, como un bautismo.

El hombre es el principal referente de Viera, al que lo toma desde un punto de vista religioso, de represión y autocastigo, como se nota en el Prioste (1989), una de sus tempranas obras, pero es partir del trabajo colectivo, en el que él no es un maestro sino un guía, en el que lo urbano se transforma en su imaginario, Vista de Ojos, Unos y Otros o el Arrastre de las caudas, Yo, otro eco, y finalmente La última Es-cena.

Así, la última creación de el colectivo El Arrebato y Kléver Viera no es sino continuar con el tópico de El arrastre de la caudas, en el que lo decadente expuesto anteriormente lleva al ser humano hacia una muerte-nacimiento, no dolorosa sino contestataria, por lo que la muerte en sí adquiere otro tipo de matices en pos de la reafirmación de lo humano o el renacimiento.

Mr. Doctor

Lo único que puedo ver en ti y que me mantiene en vilo son tus profundos ojos de íncubo. Después de todo, el daguerrotipo, que al parecer es de finales del siglo XIX, es en blanco y negro, lo cual acentúa aún más tu mirada.
No sé si eres rubio o tienes los ojos de color verde, o azul o pardo, o mitad verde-mitad café. Deduzcamos, si provienes de Eslovenia, quizá -fuera de ese daguerrotipo “funeralesco”- tus rasgos tendrían que ser eminentemente caucásicos, aunque por esos pómulos que alargan todavía más tu cara, diría que pareces mediterráneo, quizá italiano. En esa imagen solo puedo ver ojos oscuros, piel de tonalidad pálida, manos alargadas y finas, cejas espesas....como el Nosferatu de Bram Stoker,...eso bastaría para construir una imagen física de ti, una especie de vampiro, quizá un dandy del siglo XIX con labios finos y uñas de manicure. Percibo el aleteo de tus fosas nasales, tu corazón está latiendo rápidamente, posees un poco más de adrenalina en la sangre de lo normal, causas miedo, huelo tu violencia desde que admiro tu fotografía hasta que escucho tus composiciones musicales.

Frente de más de cinco dedos, innegable genio o innegable exceso de testosterona, aunque tu sexualidad se ve empañada por tu espíritu demoníaco que ahora explora sentimientos que van más allá de la lujuria. Mr., estás impresionantemente cerca de Eros por tu lazo inmortal con Tánatos. Tu relación con la muerte es más erótica que la carne lasciva del Marqués de Sade junto a Justine, porque explora la siniestra sensación que supera el dolor: el placer de morir.

Imagino tus zapatos de charol, los que no se observan en el daguerrotipo, y que seguramente los tratas de mantener brillando para resaltar tu imagen a la vanguardia de un período inglés, desde la Gran Bretaña de la moda para el mundo. Tienes el porte de los hombres elegantes, el garbo y la sutileza del felino. Sutilmente perverso, incesantemente malo. No podrías ser nada más que un adepto de la moda inglesa oscura de la época de Jack el Destripador con capa y sombrero de copa,que -más que un grito de la moda- ocultan la verdadera personalidad del modelo. Pero ahí estás, esa es tu máscara y con aquella abandonarás mis pensamientos.

Tu quijada casi roza tu pecho, lo noto observando la imagen captada en picada; con esa posición tus ojos logran resaltar hacia el infinito, son el punctum de la fotografía, que equilibran con los botones de traje, un corte inglés masculino de la época victoriana.Tus manos y tu cara son lo único que conozco de ti, un traje de funeral y una capa negra que oculta la corbata de lazo que seguramente llevas puesta en el cuello. Con este aire simbolista me recuerdas a Baudelaire con su existencia, una oda onírica a la muerte a través de sus versos y letanías. Presiento que haz logrado traducir, lo que Baudelaire honraba con letras a la muerte, en notas musicales un canto mortífero para los que entierran a sus muertos.

Eres el cremador de los que escuchamos tus composiciones que han surgido y han ido hacia la nada, ya que la nada es tu identidad. La nada, la naúsea que parte de tu figura y de tu voz de niña, de vieja, de viuda, de enfermo, de ángel y demonio. Eres todos. Ojos misóginos-andróginos.
Dicen que tu obra es una contraposición de fuerzas: el bien y el mal, el cielo y el infierno, la luz y la oscuridad, la vida y la muerte, la materia y la antimateria, lo que está excelentemente traducido en la obra que más admiro de tu oscura trayectoria: Sacrilegium, una composición de ópera rock progresivo de cuarenta y cinco minutos, tiempo en el que se siente a flor de piel una conmoción psicológica perturbante y de terror hacia la muerte, la que puede llegar a ser tan hermosa en tus creaciones.

La muerte cerca de ti posee una belleza sublime.

Permaneces con las piernas cruzadas, una rodilla sobre la otra, y encima tus manos entrelazadas, movimientos delicados se leen en tu figura que en seguida me remiten a un ser calculador, frío y analítico que actúa en películas en blanco y negro. Tu nombre, Mr. Doctor, el mentalizador de Devil Doll.

Un filme, hijo del videoclip, “fragmentador” de recuerdos

“Tangerine”, así llamaba Joel (Jim Carrey) a Clementine (Kate Winslet) por el naranja fuerte con el que había tinturado su pelo. Los tintes, los recuerdos de invierno, una feria de circo y los elefantes, el río Charles congelado en Montauk, una taza con la foto de Clem, un dibujo de Clem, entre otras cosas, pertenecen a la serie de objetos que forman parte de los recuerdos de una relación que se rehusará a morir en Eternal Sunshine Of The Spotless Mind.
Joely & “Tangerine” parece que se amaban locamente -lo que el espectador conmovido percibe mediante los momentos que destapa esta obra acerca de la relación de una outsider y un looser, a quien (decía él mismo) no le ocurría nada interesante en su vida- y esa es la razón por la que el espectador podría llegar a convencerse de que el amor de la vida realmente existe.

A través de este filme del año 2004, su director Michel Gondry sin lugar a dudas ha logrado un inmenso reconocimiento, ya que consigue sacar al tapete la sensibilidad del público y ¡de qué manera! Y, claro, qué más se pudo haber esperado de un director francés de videoclips tan bien logrados como Human Behavior de Bjork o Around the World de Daft Punk. Así, Eternal Sunshine Of The Spotless Mind es un largometraje producto del genio y la creatividad del padre de los videos musicales más destacados de los años noventa. Y no es extraño que realizadores de videoclips sean tan exitosos con sus obras más largas, un ejemplo es Jonas Ackerlund con Spun (director de videos de Moby y Smashing Pumpkins) o Sofia Coppola con Vírgenes Suicididas y que tiene a su haber la realización de videos de Beastie Boys.

Otro elemento que forma parte de la base de este excelente largometraje es el guión, a cargo del trabajo puntilloso de Charlie Kaufmann (sobresaliente por Being John Malkovich y Adaptation, en donde su personaje aparece encarnado por Nicolas Cage), y a quien debemos agradecer por construir una historia surreal, onírica y mágica acerca de un tema tan explotado en las artes: el amor. El que este tópico sea un motivo tan recurrente podría considerarse una oportunidad, no así un obstáculo, para pensar en tratarlo de manera, así mismo “videoclipera”, producto del actual posmodernismo cinematográfico que estamos viviendo en la actualidad.

Es surreal el protagonismo, al igual que el tratamiento Ludovico en La Naranja Mecánica, del lavado de cerebro al que pueden acceder en esta historia las parejas que quieren olvidarse uno de otro. Claro, porque Clem y Joel no son los únicos que se han lo han hecho, existen más personas a su alrededor que se sometieron al procedimiento y que al pasar el tiempo perciben que el amor sigue latente en algún lugar de su cerebro.
El tratamiento los hace olvidar que amaron a alguien pero no neutraliza la química que pudieran volver a sentir por la misma persona.
A través de una narración in medias res, lo que podemos conocer al inicio es que Clementine y Joel vuelven a conocerse y quizá a enamorarse. Él, un tímido e intelectual y ella una alocada mujer extrovertida que se pinta el pelo de varios colores. El espectador no conoce los recuerdos que tiene Joel junto a Clem hasta que decide hacerse una limpieza de estos debido a que ella decidió hacérsela primero porque “no era feliz junto a él y quería seguir adelante”.¿En dónde borran recuerdos? En el consultorio médico Lacuna, adonde luego de la consulta el paciente debe acudir con todos los objetos que le recuerdan a su ex pareja y contar absolutamente todo lo que recuerda de él o ella desde el final hasta el día en que se conocieron.
Efectivamente así hace Joel. Pero durante este proceso hay algo de su mente que no quiere dejar escapar a Clementine, y estos momentos tan llenos de sensibilidad son los que logran trasmitir todo ese gran amor: imágenes surreales de ella en momentos que no estuvo presente en la vida de Joel, cuando él era niño o cuando le obligaron a matar un pájaro o cuando se masturbaba siendo adolescente, “es que no hay momentos que recuerde no haber estado contigo”, le decía Joel a Clementine durante su letargo en el proceso de lavado de recuerdos.
En el mundo externo está Clem, confundida, ya que a pesar de haber “olvidado” a Joel tiene las sensaciones de los recuerdos…el río Charles en Montauk adonde fue con él en febrero cuando estaba congelado un año atrás.
Al siguiente día del "procedimiento digital" que le borró los recuerdos junto a Clem, Joel se despierta y todo en su casa parece ser tan cotidiano. No se imagina que de nuevo la encontrará y que será la misma Clem quien le devuelva las ganas de amar y de seguir sintiéndose vivo.

La actuación de Carrey es indudablemente una de las mejores que ha realizado en los últimos años puesto que logra trasmitir naturalmente un proceso muy duro a lo largo de la existencia del ser humano, el dolor del hombre debido a las crisis de pareja; y Kate Winslet le da ese toque de espontaneidad y frescura a una relación que aparenta ser diferente a todas las demás. Así logran reflejar la autenticidad de cada pareja, de la psicología de sus miembros, de los problemas cotidianos, del lado cursi y romántico de los momentos vividos, del temperamento de cada uno y de la convivencia.
El olvido es el Leitmotiv de esta obra, evidentemente, la sensación que el humano persigue en momentos de dolor. Por eso es recurrente la frase: “Dichosos los olvidadizos porque superan sus errores”, de Más allá del bien y del mal, a lo largo del filme. Es una sensación buscada y ansiada por los personajes centrales.
A pesar del "olvido digital" que sufren algunos de sus personajes, el amor persiste en cada existencia. Así Joel y Clementine vuelven a conocerse y a juntarse. “Tienes que aguantarme mis cambios de humor, mis quejas y el que a veces no sea feliz”, le expresa Clem al final a Joel, quien solo dice OK!
Everybody’s gotta learn sometime, una de las pocas canciones de amor de Beck, se destaca en la banda sonora elaborada por Jon Brion. I need your loving, like the sunshineEternal Sunshine Of The Spotless Mind representa una manera freak de tratar el amor y quizá una manera de entender de forma surrealista que aquellos momentos, precisamente los que nos hacen felices, son los que hacen brillar a una “mente con recuerdos”.

Sobre Discovery Channel y el asesino payaso

Todos los jueves, a las 21:00, Discovery Channel presenta su espacio Clarividentes. Resulta increíble, sobre todo para los escépticos, el hecho de que una extraña dama -generalmente gorda o rellena, de ojos profundos, algunas veces rubia, con las uñas pintadas de rojo (no, no quiero describir a la estereotipada señora que a algunos de nosotros nos ha leído el Tarot)- dé las pistas definitivas a detectives forenses con lustros de años de experiencia para resolver casos famosos de asesinatos en serie.

Es conocido que en los Estados Unidos, con la avanzada tecnología con que cuenta la ciencia forense, se resuelvan los más inverosímiles hechos delictivos y criminológicos de la historia del mundo, ¡qué ironía para este país que resulte ser uno de los países con más alto índice de asesinatos a escala mundial! y que no le quede de otra que invertir en plata y persona para remediar el sufrimiento de una sociedad consumista, industrializada y violenta. Dicen que Los Ángeles es la sociedad más violenta del mundo, todos lo hemos escuchado alguna vez, al igual que Medellín, Johanesburgo, Sao Paulo, y hasta Guayaquil..¿Guayaquil?

En fin, recuerdo a los Estados Unidos de American Psycho y también a Colorado de Columbine, con los homicidios chic y dos adolescentes bipolares que desean vengarse y consumar en un crimen horrendo tanta desesperación que solo podría venir de una “cloaca social”. El primero, cómo hacer del asesinato una sinfonía y el segundo, cómo llenar de terror psicológico a una sociedad alimentada de hamburguesa.

Ahí es cuando entra "Pogo", un “hombre tranquilo”, an american man, que hacía las veces de payaso en fiestas infantiles en uno de los suburbios “de ensueño” del estado de Illinois. "Pogo", el payaso. Su nombre, John Wayne Gacy, que no se confunda en función de herir el nacionalismo gringo con el nombre del legendario cowboy John Wayne. Otra de las tantas ironías. El primero, un despreciable ser humano “digno de morir”, y además a fagget, en el país del norte y el segundo, considerado “uno de los más grandes actores que haya conocido el séptimo arte nunca jamás”.

John Wayne Gacy representó a finales de los años setenta uno de los más grandes misterios sin resolver. Aunque "Pogo" es casi tan famoso como Charles Manson, Richard Ramírez o Ted Bundy, casi nadie está al tanto de que solamente fue una vidente la que ayudó a resolver sus crímenes a través de la búsqueda de un jovencito desaparecido cuya madre se vio obligada a acudir a “una bruja” ya que la Policía no daba en la teclilla final que devele el caso. Robert Priest se llamaba el quinceañero y trabajaba en una tienda de revelado de fotografías.

Sucio el payasito ¿no? porque Bob no era la única víctima; al clownie le gustaban los muchachitos bien parecidos, no solo por las escenas placenteras de sodomía con las que fantaseaba en su mente, sino porque precisamente ese placer les arrancaría su tierna vida para luego ser enterrada en algún lugar secreto de su propia residencia, el cálido hogar de Wayne Gacy (especifico “Wayne Gacy”).

John Wayne Gacy, nacido el 17 de marzo de 1942, asesinó al menos a 36 hombres jóvenes antes de ser apresado, era casado, tenía dos hijos y ya contaba con un historial de acoso sexual a muchachitos a partir de 1968.

Debido a que los adolescentes tienen la oportunidad de trabajar en los Estados Unidos, al menos el tiempo que les queda libre luego del colegio o en el verano, Robert obtenía unos cuantos dólares para sus “caprichitos” laborando en un estudio fotográfico. Una tarde llegó a esta tienda John Wayne Gacy, con unos rollos de fotos que quería que le revelasen, tal vez ya perseguía a Bob y pretendió ser un cliente o quizá solo vio a Robert en ese momento y deseó matarlo. Lo que se sabe es que le ofreció -lo que sería la carnada para enganchar a sus víctimas- un trabajo con mejor remuneración.
El chico trabajaba en la tienda con NN, una joven pelirroja y muy amigable, a quien Robert, horas antes de partir, le prestó su chompa térmica amarilla para apaciguar el frío invernal de la temporada. En su bolsillo, NN había colocado el tiquete de entrega de las fotos que Wayne Gazy había ido a revelar a la tienda. Minutos antes de salir a la residencia de “Pogo”, NN devolvió la chompa a Bob, y con ella, el tiquete en su bolsillo. La madre de Robert Priest había ido a recoger a su hijo del trabajo, solo alcanzó a conversar con él unos pocos segundos ya que él voló a la casa de John Wayne en busca de una labor con mejor sueldo; prometió que regresaría en quince minutos. Jamás volvió. Corría el invierno de 1978.

La odisea de la búsqueda de Robert empieza en ese momento. La Policía decide interrogar a Wayne Gacy, al sospechar que el quizá es el responsable de la desaparición de este joven, sin plantearse siquiera la posibilidad de que se enfrentaban a uno de los asesinos en serie más famosos de la historia de los Estados Unidos. A pesar de que al inicio "Pogo" afirma que en efecto se entrevistó con Robert, pero que el chico luego se fue, la Policía encuentra algunos elementos inusuales en su casa: un anillo de graduación (que pertenecía a otro adolescente) y ropa que no era del criminal, estos son el punto de partida de la investigación de la Policía; pero sin evidencias acerca de Bob no se puede hacer absolutamente nada más.

Desesperada, la madre de Robert decide llamar a la vidente Carol Broman, quien afirma que él no es la única víctima de los horrores de Wayne Gacy. Por consejos de ella, excavan el subsuelo de la casa del criminal, de donde extraen 28 cadáveres de jovencitos asesinados brutalmente, con su ropa interior atorada en la garganta. El cuerpo de Bob no era el de ninguno de ellos. Los detectives dan con la chompa amarilla de Robert, escondida en la pared, y en ella, el tiquete de entrega. ¿Qué le hizo el payaso a Bob? ¿Dónde está su cuerpo?
La bruja Broman decide retirarse del caso aduciendo que tanto horror la hace daño, pero que el cuerpo de Bob está en un lugar muy lejano cerca a un sector industrial. Otra clarividente a la que contratan, Dorothy Allison, expresa únicamente que lo hallarán el 8 de abril de 1979.

El 8 de abril de 1979 se realiza el levantamiento del cuerpo de un joven en un pueblo pequeño del estado de Illinois, cerca de Chicago, y la Policía es comunicada. Efectivamente se trata del cadáver de Robert Priest, que gracias a las inclemencias del frío logró conservarse a la intemperie en perfectas condiciones. Así se resuelve el caso de Bob y se cierra con el último homicidio cometido por Wayne Gacy.

¿Cómo se explica que una vidente sepa, sin mayores detalles de los antecedentes a los asesinatos, cómo asesinaron y en dónde se encuentra el cuerpo de algunas víctimas? ¿Cómo una persona puede llegar a experimentar en carne propia el dolor que tuvieron las víctimas antes y durante el homicidio? Aunque no se pueden explicar a ciencia cierta, y no me quiero meter en el campo de la parapsicología, las revelaciones que posee una vidente o una médium, lo cierto es que cientos de casos han sido resueltos por ellas. Digo “ellas” porque todas son mujeres.

Clarividentes, un espacio semanal interesante, nos brinda siempre nuevos casos resueltos por médiums que siempre, lo puedo asegurar, dejan boquiabierto al espectador, quien no podrá creer totalmente cómo una herramienta, casi de ficción, realmente concluye los casos. Los detectives se ven forzados a acudir a médiums al no poder llegar a resolver las situaciones por la oscuridad y la falta de evidencias que presenta cada una. ¡Y claro que da resultado! Ahí tenemos el caso del asesino payaso.

John Wayne Gacy fue condenado a muerte por inyección letal en la penitenciaría de Stateville, Ohio. Tardó 27 minutos en morir y la última frase que dijo, a un guardia, fue: You can kiss my ass!, vaya payaso, qué humor.

Nací para robar rosas de las avenidas de la muerte...


Hace un par de años tuve la oportunidad de ver la cinta Barfly, la película que caricaturiza al “alcohólico convertido en poeta” el nacido en Alemania y radicado en Los Ángeles Charles Bukowski. La obra cinematográfica data del año 1987 y fue dirigida por el polémico Barbet Schroeder.
No es sorprendente -y por eso recurrí a la palabra polémico- que este director que había ya manipulado la imagen del escritor hacia el estereotipado submundo del alcoholismo, por supuesto sin negar que de hecho se conoce que "Bukowski era más alcohólico que escritor en sí", haya tomado la imagen violenta de Colombia para dibujar un cómic melodramático acerca del sicariato en Medellín.
Pero necesario es destacar la actuación de Mickey Rourke (siempre en caracteres escandalosos con la continua racha de alcohol y drogas) cuya fuerza elabora un Bukowski increíblemente enfermo -hasta qué punto lo sería no lo sabemos- pero que cala hasta los huesos en la profundidad de un paupérrimo infernal y talentoso.
Es conveniente, además, traer a colación a Faye Dunaway, una de las musas del protagonista, Wanda Wilcox, a quien otrora se la vio encarnando a Bonnie en la legendaria Bonnie And Clyde, su papel de bella e ingenua criminal. La Dunaway, desde Chinatown, Barfly hasta Gia es una actriz versátil encarnada en una diversidad de personajes, aunque adaptada a la imagen clásica de un carácter que no podría competir ni de cerca con Bukowski; se percibe un shock disonante de estos dos personajes en cada escena compartida.
Barfly no impacta precisamente por el objetivo que se había planteado la película: mostrar un fragmento de la vida de Bukowski sino por el conjunto de elementos desquiciados que a su director se los ha olvidado manejar con sutileza como el alcoholismo, no solo del protagonista, si no de los demás seres que lo rodean, como si la vida del artista se hubiera desarrollado exclusivamente en una cantina, y como si en esos lugares solamente se observaran a seres marginados como mendigos, drogadictos, lesbianas o prostitutas. ¡No se hable más!, que en la Virgen de los sicarios sigue siendo recurrente el estereotipo y el personaje plano.

perro
un solo perro caminando solitario
sobre una acera caliente del verano
parece tener el poder de diez mil dioses
¿por qué es así?
Deseaba mi persona destacar a Bukowski por encima de un papel con esencia burda y lleno de lugares comunes para detener la relación estrecha entre Rourke y Bukowski (en la vida real la gente pensaría que se trata de la misma persona). Admiro a Mickey Rourke pero no es el tipo de actor que estoy buscando analizar.

A Bukowski hay que sacarlo del basurero que se le ha creado alrededor de su fétido y manchado rostro y de su cuerpo porcino y derruido como un perro viejo. Mientras con más basura y excremento se le adorne a un ser que tuvo un alto perfil en las artes o en cualquier labor que haya dedicado en mente y cuerpo, pues constituirá el salvaje punto de atención; ya de por sí Bukowski con su bohemia y sus letras rompedoras de esquemas clásicos fue el punto negro y con basura, como maquillaje en la cara, causó la polémica al máximo aunque algunos intelectuales no lo hayan leído como tenían que haberlo hecho, pero eso sí criticarlo sin mayores antecedentes, únicamente con el prejuicio de la botella.
Hay que inventar alrededor de ciertas personas para ser polémicas o por lo menos vivir del rumor y de la duda; recientemente en mis atrasadas lecturas y recomendaciones de mis amigos verdaderamente lectores conocí a un escritor neoyorquino, supuestamente violado de niño, convertido en travesti, puto y heroinómano, J.T Leroy, un quizá inventado amigo de Madonna y de Basquiat, y resultaría que no existe, puede que sí puede que no, pero se habla de la invención de este escritor por parte de un pareja de músico fracasados feos y de bajo perfil para que llamara la atención de una audencia interesada por artistas irreverentes; of course, con esa cara y temperamento jamás podrían haber logrado la venta de un libro bajo sus nombres.

A Bukoswki no lo podemos despegar de sus escabrosas historias personales al máximo urbanas y existenciales; es mejor estar rodeado de escoria que sin ella, y con pobreza y todo nunca será tachado de una persona X. Bukoswki es ese contrario al común pero demasiado común para una de sus aventuras en el underground estadounidense. Unos cuantos lo aprecian por decadente más allá de su vida de escritor dotado de expresiones de sentimientos bajos y antimoralistas. De todos modos la vida de un artista es inherente a su existencia real, rodeado de flores o rodeado de espinas hay mucha sangre en sus letras.

Culminación del dolor

Oigo incluso cómo ríen
las montañas
arriba y abajo de sus azules laderas
y abajo en el agua
los peces lloran
y toda el agua
son sus lágrimas.
Oigo el agua
las noches que consumo bebiendo
y la tristeza se hace tan grande
que la oigo en mi reloj
se vuelve perillas en la cómoda,
se vuelve papel sobre el suelo,
se vuelve calzador, ticket de la lavandería,
se vuelve humo de cigarrillo
escalando un templo de oscuras enredaderas...Poco importa
poco amor
o poca vida
no es tan malo.
Lo que cuenta
es observar las paredes
yo nací para eso.
Nací para robar rosas de las avenidas de la muerte

Bukowski es un sketche del vanguardista Henry Miller, en el siglo XX; es una rata de alcantarilla repudiada por los demás intelectuales. Aparte de beber escribía, dirán muchos y muchas, y quizá también leía y tenía largas sesiones de sexo con mujeres que lograban digerir su panza, aliento, barba y el olor a un alto grado de alcohol de 72 años, como él mismo lo habría dicho.
El dibuja desde su punto de vista neosimbolista una supuesta realidad que existe que otros la viven, una realidad circense para el lector estadounidense de clase media pero que estigmatizará y creará el molde perfecto al artista marginal que ha logrado trascender hacia la cúpula de creadores, esa élite fascistoide que también repudió al pintor Jean Michel Basquiat, muerto de sobredosis a las 27 años, a pesar de haber sido recibido en la élite a fuerza de talento, nunca logró adentrarse en una vida fuera de la calle. Con este urban style se han forjado grandes artistas no encasillables en la élite intelectual de la Nueva York ochentera, llena de droga pero demasiado fashion para un gato callejero.

Basquiat también fue llevado al cine. Por Julian Schnabel, el mismo que retrató años más tarde al cubano Fernando Arenas. Quizá es más sutil el dibujo en blanco y negro de Basquiat en esta cinta, el afroamericano neoyorquino que impactó por el inicio del grafiti en sectores aledaños al SOHO y el metro de Nueva York. Basquiat fue un cachorro de Warhol, sensible y heroinómano. Este filme trasmite naturalmente la sensibilidad del pintor aunque no alejado, nuevamente, del mundo de las drogas y de la bohemia, elementos que nunca faltan en un filme que gira en torno a un artista.
Enredado en cientos de historias de humor negro en La Máquina de follar, recuerdo a Bukowski como un buscavidas que escribía a manera de escape psiquiátrico para un ser con un temperamento maníaco cuya ninfomanía era el sostén para no morir. Esa es una de los mejores obra autobiográficas por lo perfectamente provocadora que resulta. Bukowski llega además a ser parte de las lecturas en la etapa de un lector influenciado por la literatura de los sentidos y la belleza de la decadencia que fue traducida desde la aparición de los poetas malditos.

Yo defiendo a Bukowski.

Argento: entre la Biblia y el sexo


Acerca de Asia Argento y JT Leroy conozco muy poco, sobre todo del último, el supuesto escritor niño, el Rimbaud del posmodernismo.
Solamente tengo tres referentes acerca de Argento: que es hija de un connotado director de cine italiano, que tiene 31 años y es talentosa, y que además ha posado para varias fotografías artísticas como modelo erótica. No sé me ocurre nada más que colocar sobre el tapete el talento innato de Asia; la actriz y directora bizarra -a través de violentos movimientos de cámara- logró llevar a la pantalla grande una de las obras más sobresalientes del controversial y mitológico JT Leroy.
Se conoce que han puesto en tela de juicio la existencia de JT Leroy; sea quien fuere, este supuesto chulo junkie sin ninguna duda ha construido historias delirantes que exploran las oscuridades, parafilias y aberraciones del humano. A través de recursos como la utilización de motivos bíblicos y la religión en contraposición de la vida lumpen de los personajes centrales, y de un ímpetu a flor de piel, The Heart Is Deceitful About All Things, el mejor filme de Argento como directora y exitosa como el personaje central de su propia obra, elabora un claroscuro que fusiona perfectamente odio/amor, locura/cordura, pureza/lascivia, belleza/fealdad para construir una trama que bien podría haber formado parte de la filmografía de Almodóvar por lo dramática que resulta, pero que a la vez está fuera de esos guiones empalagosos: toca el nervio del ojo del espectador con elementos de la estética del cine independiente y de una historia urbana que no está muy lejos de la realidad de los personajes de una sociedad industrializada norteamericana, por supuesto sin caer en la cursilería y parafernalia del español Pedro Almodóvar.
Sarah no es como Abril ni como Betty, dos recurrentes personajes que vagabundean por este blog y protagonistas de Piece's Of April y Betty Blue. Sarah es la propia Argento con matices de su personaje autobiográfico, Anna Batista (Scarlet Diva, otro filme que dirigió). Es un carácter más que forma parte de la serie de nombres bíblicos que se encuentran en la historia de The Heart Is Deceitful About All things; el personaje que logra drenar los más fétidos pensamientos de nuestra mente a través de su pelo rubio new wave, sus labios rojos y su delgadez malsana; se llama Sarah quizá porque estéril resulta su vida borderline, y descarriada entre drogas y prostitución.
Asia, a través de un determinado estilo de vida, por supuesto sin estereotipar el modelo de la "chica irreverente y artística", ya había formado parte del reparto de filmes experimentales, la hemos visto en el papel de Asia, una suerte de Courtney Love, en The Lasts Days Of Kurt Cobain, uno de los más densos experimentos de Gus Vant Sant, que de la tradicional Finding Forrester (un buen filme que cuenta con los elementos estéticos y entretenido de Hollywood) pasa a Elephant (un largometraje casi sin diálogo pero con excelente fotografía, grandiosa edición y un manejo del tiempo poco común) y de ahí a The Lasts Days donde el vuelo artístico del autor ahora se manifiesta de manera explícita a tal punto que solo determinado público podría bancarse escenas en tiempo real sin diálogos ni situaciones extraordinarias, audio real en una historia que en la vida de un cantante suicida resultaría poco creíble.

Inmuiscuida en estos nuevos experimentos de laboratorio cinematográfico tengo entendido que Argento escribió el guión de Scarlet Diva, la dirigió y fue su personaje central, poco egocentrista la muchacha, y no por demás decir autosuficiente, la consecuencia fue haber elaborado un largo poco aceptado y de críticas que la catalogaron de mediocre, por no referirme a mala. Sin embargo, todos los buenos directores han trastabillado mediante alguna de sus obras.
Con el pelo negro vampiresco, su pálida piel y medias de mallas, Asia Argento no se logra deshacer de la estética de femme fatale que tiene ganada sobre la alfombra roja de Hollywood (y continúa ocurriendo con el personaje de la amante Luis XV en la mal lograda Marie Antoinette de Sofía Coppola), un gancho delicioso y fuera de lo común entre las demás actrices y directores de la clásica industria.
Sara, la protagonista de este filme en cuestió, tuvo un bebé a los 15 años, Jeremiah (para proseguir con los personajes bíblicos clave de las historias del Antiguo Testamento); en definitiva ella sola no podía criarlo, así que el niño fue adoptado por sus abuelos hasta que cumplió los 7 años. Vemos una madura Ornella Muti representando a la tradicional y fanática religiosa madre de Sara, quien a su vez me recuerda al personaje espectador de la una ruin historia, encarnado en nada más ni nada menos que Deborah Harris (Blondie) en la creativa Spun del videoclipero Jonas Ackerlund.
En ese punto es cuando se entiende el porqué de la forma de Sara. Resulta además contraproducente ver a la Muti en un papel de señora con falda bajo la rodilla y con una Biblia en la mano después de haber mostrado su jugoso cuerpo, claro, el talento a veces se desarrolla y se descubre en la madurez de las bellas actrices como sucedió con Faye Dunaway ya que el espectador no estuvo enfocado en admirar aquellos talentos precisamente.
La historia inicia en el momento en que Sara les quita su hijo a sus padres, ya tenía 23 años y quería cumplir con su papel maternal, sin dejar la vida callejera a la que estaba acostumbrada a vivir. Es precisamente el dolor de este niño el que logra calar en la sensibilidad del público pues resulta fuerte y extremadamente angustioso verlo gritando por volver a su antiguo hogar y sentir las lágrimas que brotan afiladas de sus ojos al oír a Sara diciéndole que sus abuelos no lo quieren y que si regresa con ellos lo matarán.
Este pequeño actor, Jimmy Bennet, para mi opinión es el mejor del reparto, tiene una sensibilidad desarrollada y su actuación resulta muy natural. La forma de percibir al mundo por parte de Jeremiah poco a poco va cambiando: observa a su madre manteniendo relaciones sexuales con diferentes individuos, drogándose y buscando comida entre la basura, acontecimientos que llegan para él a ser normales, cómo sino viendo a su propia madre destruirse la vida podría tornarse un desquiciado en la adultez un niño que vivió un absurdo urbano.
¿El resultado?: A pesar del amor de madre, el odio fluye por doquier. Sara lo maltrata física y psicológicamente, y las múltiples relaciones y parejas como mujer y como prostituta de camnioneros enmarcan la pequeña existencia de Jeremiah en un mundo distorsionado acerca del sexo.
The Heart Is Deceitful About All Things es un filme cuya suerte de videoclip cuenta con una estética muy colorida fragmentada a través de la imágenes ilustradas del dolor de Jeremiah con dos buitres rojos que se aparecen en sus sueños para llevárselo e infringirle el dolor que la ha provocado el maltrato de la personalidad borderline de Sarah. Aquí llega el momento más caótico de la obra: Sara convierte a su propio hijo en un travesti. Lo maquilla y lo viste como un daddy's girl con unos bucles en su cabello. Con el antecedente de que Jeremiah fue violado anteriormente por uno de sus amantes, en esta ocasión otro individuo enfermo, cuyo papel lo representa Marilyn Manson en cinco minutos, abusa de daddy's girl argumentado que el niño se parecía mucho a Sara.
Hay razones suficientes para que el pequeño que ahora ya tiene más de 10 años continúe con la racha de una vida sexual descarriada y enferma, en la que no existen definiciones ni límites. Jeremiah a estas alturas ya ha cambiado demasiado, y de ser un “angelito” inocente y debilucho pasa a desarrollar una personalidad de daddy's girl quizá adicto al alcohol y a las drogas sin un objetivo para vivir.
Sara, acostumbrada a la violencia doméstica, la ninfomanía, el consumo de crack, la música punk.. acaba por enredarse en una historia piromaníaca; claro, siempre terminando mal con sus amantes, historias siniestras que la marcarán cada vez más, y todo en un paraje triste en el que se encuentra su pequeño hijo como observador del entorno y de las cosas que lo rodean. Todos abandonan a Sara porque para ella no existirá jamás un Zorg (el amante de Betty Blue) que contribuya a subsanar sus desequilibrios mentales, solo existe el único soporte, su hijo, por quien decidirá escaparse del sanatorio en donde la internan para ir a buscarlo en un hospital ya que el pequeño sufre una grave intoxicación… y así juntos seguir la corta o quizá larga y descarriada historia que los espera. El único amor de Sara, Jeremiah, su hijo.

Así, The Heart Is Deceitful About all things, and desperately wicked: who can know it? es un paraje de la Biblia, del Antiguo Testamento (Jeremías 17:9) que fue tomado para el título de este filme. Con un final abierto, no nos trasmite otra idea que un pesimismo angustioso para un niño que nació puro y que fue manchado por los pecados de su madre.
Así las cosas, la misión de Sara no se verá concluida cuando muera, su hijo desesperadamente desequilibrado dejará un rastro más de la decadencia de los seres mundanos que quizá están más presentes en las historias ficticias de autores como JT Leroy, para conservar el equilibrio de un mundo santo/pecador, ambiguo, en el que nos vemos obligados a crecer los seres humanos.

Matchpoint o la 'leche' de la vida

Sin duda alguna, Matchpoint supera los parámetros cinematógraficos que han encasillado al estadounidense Woody Allen en el marco del tema intelectual y humorístico, pues su último filme, fuera de sus estereotipos entre los alterados personajes, psiquiatras, mujeres y relaciones de pareja, trata de manera exquisita y muy cautelosa el tema de la suerte. Y dentro de este interesante contexto, el lado siniestro y muy humano de su personaje central: Christian Wilton (Jonathan Rhys Meyers, el apuesto de Velvet Goldmine, claro siempre encarnado en personajes psicológicamente "conmovibles"), un tenista irlándes de clase baja, una especie de Bel Ami británico, que por avatares y la “leche” de la vida logra escalar hacia la élite inglesa a través de la relación con la hija de un empresario multimillonario que termina en matrimonio.
Por supuesto, Christian no es un personaje plano -y lo logra excelentemente Rhys Meyers-, así con una tranquila ambición que lo lleva a ser uno de los directivos de las empresas del padre de Chloe, su dulce esposa, y llega a obtener muchas ganancias, lo que lo conduce al punto de “eliminar cualquier obstáculo” para no perder lo que casi no le ha costado obtener.
A eso es lo que precisamente se denomina “leche”, aunque Chris tenga que convertirse en una suerte de Talentoso Señor Ripley.“Recuerda, cuando lances una pelota, esta podría cruzar al otro lado de la red, por un azar puede que no y que esta no pase de la red y rebote de nuevo hacia ti”. Así es la suerte, lo que no se puede explicar a través de la ciencia o la lógica, lo que viene y va, lo que rebota, lo que se queda o pasa por nuestras manos.
Pero ahí está la piedra en el zapato de Chris, su ex concuñada, Nola Rice, encarnada por la rubia Scarlet Johanson, más que una beldad, la sexualidad que despierta los instintos masculinos de Chris, quien evidentemente se mantiene junto a Chloe por su dinero. Pues Johanson nos lanza una exquisita carnada que nos ata a la película por el papel que representa: Nola es sexo, sexo sin tapujos; es una mujer temperamental, talentosa y fuerte, lo que a la vez mantiene enganchado a Wilton.
Así las cosas, Chris se ve en medio de estas dos mujeres distintas pero que le proporcionan lo que necesita para salvaguardar su existencia: placer y dinero. Aunque mantiene durante un prolongado tiempo su affaire con Nola, llega lo inesperado, un golpe de mala suerte: el embarazo de Nola, el punto de quiebre de su suertuda vida y para lo cual maquina alguna solución que le permita “no hacer escándalo” ni perder a su familia ni a su dinero, es decir la posición social a la que se ha acostumbrado. !Qué mala racha para su esposa! Quien buscaba justamente un hijo con Chris y el cual se demora en llegar.
Así es la vida, el que no quiere ni busca la consigue y el que quiere, no, pues el tener suerte, como refleja este largometraje, no es cuestión de trabajo ni de constancia, es el azar de la pelota lanzada, o pasa o no pasa y si pasa, pues pasó, así es la suerte.“Me quedé embarazada sin buscarlo porque ese hijo fue realmente hecho con pasión, y tu esposa, nada, ya que hacerlo con ella resulta muy mecánico y programado”, le decía Nola a Chris presionándolo para que solucione las cosas para bien: que deje a su esposa para vivir junto a ella y al hijo que están esperando.
Sin embargo, Christian, en medio de esta situación y con un temperamento que lo lleva lejos de ser un hombre común, y por ende un personaje plano, a elaborar el asesinato de Nola, en un día -de igual forma muy común- de su ejecutiva vida. Embustero y en una seguidilla de mentiras hacia su esposa y amante, lo mejor que puede hacer es “eliminar dicho obstáculo” que representa su amante embarazada. Aquella tarde sube a su apartamento y primero mata a la octogenaria vecina para fingir un asalto de drogas y luego sorprende a la hora de llegada de Nola para dispararle con una escopeta que solía usar el padre de Chloe para cazar perdices.
Y así es capaz de cometer un triple homicidio, porque tampoco hay que olvidarse del hijo que Nola llevaba en su vientre, con el objeto de no perder “la pelota lanzada que le proporcionó la leche de su cómoda y envidiable vida”.Para proseguir con la suerte de Chris, la Policía halla el diario de Nola donde se describe claramente la relación que ellos mantenían a escondidas, y aunque Chris se halle ahora entre la espada y la pared y sea uno de los potenciales sospechosos de la muerte de su amante, la pelota, que resulta ser el anillo de la anciana muerta, es lanzada por él mismo a su favor, ya que no cae en el río Támesis cuando Chris intenta desaparecerlo, si no que coincidencialmente es encontrado por un traficante de drogas con historial delincuencial, ¿es esto suerte acaso?; ahora Chris podría ser absuelto del caso...Un final, acompañado de “leche” para el protagonista, que al parecer se verá beneficiado exactamente por el anillo que no logró pasar la red hacia el río.
Matchpoint o “la leche de la vida” de Christian, a pesar de tres personas a las que convierte en fantasmas para conservar el equilibrio de una existencia que a la larga le resultó fácil de conseguir pero difícil de conservar.

La movida underground en el Ecuador : Una imagen estética que une diversidad de movimientos

Durante la última década, el movimiento underground musical del Ecuador, que abarca géneros como: rock y metal (death, thrash, heavy, doom, gótico, sinfónico, power, progresivo, etc.), punk, grind, noise, hip hop, grunge, entre otros, de cierta forma continúa siendo un grupo reducido que aún concurre a conciertos artesanales realizados por los mismos seguidores de estos estilos; sin embargo, se ha producido un “avance” muy importante en los últimos cuatro años.
Hoy en día, lo underground se traduce como una imagen estética especialmente concebida para el ámbito de las artes: no solo música, sino cine, fotografía, pintura, artesanía, etc.
Los escenarios principales del movimiento underground en el Ecuador están en Quito, Guayaquil, Riobamba y Ambato, ciudades que tienen a su vez representantes que trabajan juntos en organización, promoción y conciertos.

Mediante esta corriente estética se han logrado juntar seguidores de géneros musicales que han caracterizado tanto al sur y al norte de Quito (la capital del Ecuador), el metal y el punk, respectivamente, y ahora conviven en un ambiente de tolerancia porque comparten gustos musicales e ideologías de vida. No sucede así en el resto de provincias del país, ya que este “fenómeno sociológico de racionalización del término underground”, como dice Valeria Molina, periodista investigadora del rock, es recurrente en las grandes urbes debido al factor de marginalidad en la que están inmersos ciertos lugares de la ciudad, desde donde han provenido miles de adeptos a las corrientes musicales consideradas underground.

Con respecto a la capital, el sur es, desde hace un par de décadas atrás, el sector donde viven los “metaleros”, especialmente cerca de la Concha Acústica (Villaflora); este es un grupo vinculado a problemas sociales como la migración y la marginación. La manifestación del “metalero” tiene mucho de protesta y de expresiones radicales ante el mundo. Por otro lado, el norte se identifica con la “marginalidad” del punk, de barrios periféricos a la ciudad: la Roldós, Atucucho, Comité del Pueblo, etc.; los punkies constituyen un movimiento mucho más violento que el de los “metaleros”, porque los primeros son más radicales y algunos, incluso, han sido relacionados con bandas delincuenciales.
Por mucho tiempo, especialmente durante la década de los noventa, tanto punkies como “metaleros” no compartían un espacio de tolerancia, a pesar de ser tribus urbanas con una postura estética definida que tienen en común el aprecio por la música. Sin embargo, a partir del año 2001, la escena musical ha vivido un cambio progresivo, ya que los dos grupos han empezado a compartir espacios de convivencia, tanto en Quito (norte y sur) como en Guayaquil (seguidores del punk y la new school, que pertenecen a diferentes estratos sociales). Lo mismo sucede con los seguidores del hip hop, un movimiento que cada día posee más seguidores, asimismo, de todo nivel social y cultural.
Hasta hoy en día –para conservar además el sello undeground- se realizan conciertos pequeños y muy íntimos de jóvenes seguidores de géneros como el black metal y el gótico. Pero, el “sello underground” ya no remite a que los chicos viven en una situación marginal, al contrario, ellos se caracterizan por provenir de distintos estratos sociales que comparten la misma ideología estética en cuanto a la música.

Por otro lado, muchos representantes de los géneros considerados “under” han logrado trascender hacia lo comercial, han grabado discos y han tenido resonancia internacional: Ente (Brutal Death) , Blaze (Heavy), Falc (Heavy), 38 que no juega (Hip Hop), Tzantza Matanza (Hip hop), El retrono de Exxon Valdez (Punk), pero este “avance” no significa que ellos han dejado de tener su postura estética identificada con lo underground y lo alternativo.

De acuerdo a estudios realizados por estudiantes de música (Onírica), el género con mayor cantidad de seguidores en el país es el heavy metal, seguido del rock and roll de los años sesenta y con escasa diferencia, el power metal y el heavy sinfónico. Pero también existen las fusiones entre cada estilo, que hace que una persona tenga más de una tendencia como su preferida. Es común que muchos de los seguidores afirmen tener una gran afinidad con la música clásica, o el jazz y blues. Por lo que, incluso, los adeptos de cada género ya no se encasillan en su tendencia sino que aprecian los demás estilos musicales. Esto nos remite a la versatilidad de los gustos musicales de los jóvenes seguidores de lo underground hoy en día.

En la actualidad, los adeptos a estos géneros “under” conviven como una familia unida por el gusto hacia las estas manifestaciones, por lo que este término ha llegado convertirse, sobre todo, en una posición estética, donde tienen espacio jóvenes de todo nivel social y cultural, y mujeres, ya que antes solo se tenía una mínima concurrencia de ellas en los conciertos. Lo “under” , además, ahora está en la mira de productores musicales pequeños y medianos, no así de grandes empresas de producción de espectáculos que prefieren no arriesgar su dinero y optar por lo que resulta aún comercial en el Ecuador: el pop y sus representantes tanto nacionales como extranjeros.

El movimiento underground está "saliendo de la oscuridad" mediante la difusión y apoyo por parte de gente que aprecia sus géneros musicales, y que ve en ellos algo creativo e innovador que merece ser dado a conocer a un público que no ha tenido la oportunidad de percibirlos. “La expresión estética se ha separado del conflicto social y los vínculos de unión se han fortalecido a través de lo estético”, concluye Valeria.

Finalmente, con la llegada del Quitofest, el festival de música independiente más importante del Ecuador desde 2003, se ha dado un paso importante para la difusión de música underground, además se ha conseguido un lugar de convivencia de chicos amantes del metal, el rock, el hip hop, la música electrónica experimental, etc. El Quitofest es una gran oportunidad para que lo “under” siga consolidándose gracias al interés y al trabajo de gente, empresarios y conocedores de la producción –y ya no artesanal- de conciertos.