lunes, 21 de febrero de 2011

Gonzalo y Teresa (como se llaman mis padres)

Acabo de descubrir algo que me ha dejado boquiabierta. He estado leyendo acerca de la escritora venezolana Teresa de la Parra, autora de Ifigenia. Diario de una señorita que escribió porque se fastidiaba, publicado en París en 1924.
El escritor ecuatoriano Gonzalo Zaldumbide, embajador ecuatoriano en París, y con quien Teresa había mantenido una relación pública de años, confesó en una carta a un biógrafo de la autora lo siguiente: "Teresa fue la mujer que más profundamente he amado yo en mi vida. Su recuerdo no tiene en mi memoria sombra alguna que la empañe o la altere. Su vida es la más diáfana a mis ojos. Su bondad fue infinita y su inteligencia tal, que todo lo perdonaba porque todo lo comprendía". Muchos años más tarde, en 1965, en entrevista a diario El Nacional, Zaldumbide, de 80 años, había dicho: "La amé, como a nadie he amado!". No dejan de sorprenderme sobremanera los amores de tan reconocidos escritores, de quienes se diría que quizá amaron más por el solo hecho de poder expresar lo inefable de sus sentimientos, entrelíneas o en sus letras.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Zaldumbide nunca más la visitó ni siquiera le escribió una vez que se enteró de que ella había contraído tuberculosis (1931) y ese año, tras pasar sola su cumpleaños 42 y por supuesto sin saber de él, Teresa rompió sus cartas. Pasadas tres décadas, ya la UNESCO había nombrado a Parra como uno/a de los 100 mejores autores del s. XX, mientras que de él no quedaba ni trazo como escritor ni como diplomático, salvo entre ecuatorianos de los círculos elitescos. Entonces, vio Gonzalo que su única posibilidad de llegar a cierta migaza de fama e inmortalidad era unir su nombre al de ella, ya que estaba muerta y no se podia defender. Oye a Teresa:
"He comenzado a poner orden en papeles viejos (desde 1924) que queria releer, ordenar y romper. He comenzado por mi correspondencia con G. He pasado hoy domingo el dia enteramente sola, releyendo mis cartas y las suyas, he roto muchas, he guardado y clasificado otras. Son cuatro años intensos de mi vida los que he
visto pasar. A pesar de alguna monotonia, cuantas cosas olvidadas, de valor documentario para mi vida interior, y que melancolia ver como nos vamos
muriendo en lo que dejamos atras que lo fue todo en un momento dado y esta ya marchito a pesar de recordarlo con carino y ternura. (Bosch Obra Completa de Teresa de la Parra 455)
Lo mismo fue con el "amor" de Gonzalo por Teresa: en cuanto ella publicó Ifigenia (1924), ganó el premio de literatura y triunfó en Francia e internacionalmente, él se sintió amedrentado; en cuanto ella partió a Venezuela ese año, a fin de arreglar su herencia y finanzas, el empezó a planear un matrimonio ventajoso con una ecuatoriana. Nada más se casó, se aburrió de su esposa y volvió a cortejar a Parra. Esta le dio cuerda pero no le creyó nada. Sólo se dedicó a disfrutar el "amor" de él, a escucharle pacientemente sus tristezas, complejos y depresiones de niño mimado y de intelectual mediocre y cursi, lleno de aspiraciones. Hay que ver la de cosas ridículas que le dijo Alfonso Reyes para subirle el ego:
"Aunque juntara todas las aguas de este mar que es río, y aunque amasara con ellas todas las arenas de estas playas, y aunque con todo este barro original [sic] y el soplo de todas mis fuerzas animara otras criaturas vivas de sangre y alma, y ellas volaran hasta usted con el mensaje caliente de mi gratitud, ni así podría decirle hasta donde me han sacudido y conmovido sus palabras."

Anónimo dijo...

Sin embargo, quizá sí quiso Zaldumbide un poquito a Parra, pero a su estilo. Cuando Gonzalo dejó su puesto diplomático, se "olvidó" de una carpeta en la que había tres cosas significativas: la carta en que Reyes le sube el ego por los cielos; una carta de la premio Nóbel Gabriela Mistral; una copia que se hizo Zaldumbide de su propia carta de amor a Teresa. ¿Qué enamorado saca copia a sus propias cartas de amor? ¿Y luego se la deja olvidada? Un hombre del todo desencantado de su vida.

Otto Morales Benítez, Gabriela Mistral, Su prosa y poesía en Colombia.
http://www.cubarte.cult.cu/periodico/opinion/vida-pasion-y-muerte-de-teresa-de-la-parra/12626.html