lunes, 30 de noviembre de 2009

Kisses

Está empolvado el aire. Su densidad salada alerta una tormenta que no acaba de comenzar entre varias llamadas telefónicas y mensajes de quienes se creían una vez lejanos. Luego se humedece, el aire, como si fuera el rocío de las lágrimas de quienes han llorado conmigo. Les vieron llorar una vez pero ahora son muñecos de palo con ojos de vidrio. Se enduraron y su dureza es lo que ahora les duele a quienes una vez les vieron llorar. Y esa es la aventura de los últimos meses. El aire se torna azulado bajo un aparente cielo veraniego de finales de otoño y seca las mejillas. A veces no las puedo mover porque siento las grietas. Y pienso en las montañas rocosas, en Rosarió Ferré y Alejandra Pizarnik a la vez, al mismo tiempo imagino alguna obra de Frank Lloyd Wright y en mi viaje a Chicago. Ahora el aire está helado, tanto que sus caras no lo pueden soportar. Es ese aire de microscópica nieve que provoca tomarse un café latte y reducir el tiempo a la soledad. A elucubrar en las nimiedades de la proximidad. Qué es lo próximo a mí? El aire, ahora de color ciruela de cuando cae la noche, el aire de Rusia que ví en la fotografía de alguien que conocí alguna vez. Recogería los pasos de León Tolstoi entre millares de pinos y el viento gélido proveniente de la Siberia. Estoy buscando un sombrero de piel sintética de esos que usan las rusas, de esos que usaría una actriz de Fassbinder, luego mandaré besos a todos los hombres, milímetro por milímetro en las pieles deseadas, en esas que no son sintéticas pero que llegan a serlo a fuerza del falso amor, embustero, con el que compramos lo que somos en un par de años. Me lo pondré y mi cuerpo estará desnudo con la palabra a la orden de las vísceras expuestas que rechazaron el encierro de un delgado y tímido dorso. Lo ví arrastrando unos brillos que relucían a lo lejos con el sol del mediodía. Es como piedra sus congeladas mejillas y todos abordan un avión para quedarse dormidos por algunas horas sin mirarse las caras, peor conversar, yo me puse los audífonos y pasé de Vampire Weekend a Madonna encima de unas nubes extrañas, que me inspiraban el sueño. Pero me siento en mi cuchitril, como si alguno de esos microcosmos de cada partícula de polvo en este aire me estuviera esperando para pegarse a mi ropa…

lunes, 16 de noviembre de 2009

Arctic Monkeys - Cornerstone (live for KEXP RADIO)

Thought I saw you in the battleship
But it was only a look a like
She was nothing but a vision trick
Under the warning light
She was close, close enough to be your ghost
But my chances turned to toast
When I asked her if I could call her your name

I thought I saw you in the rusty hook
Huddled up in wicker chair
I wandered up for a closer look
And kissed who ever was sitting there

She was close, and she held me very tightly
Till I asked awfully politely, please
Can I call you her name

And I elongated my lift home,
Yeah I let him go the long way round
I smelt your scent on the seatbelt
And kept my shortcuts to myself

I thought I saw you in the parrots beak
Messing with the smoke alarm
It was too loud for me to hear her speak
And she had a broken arm

It was close, so close that the walls were wet
And she wrote it out in letraset
No you can't call me her name

Tell me where's your hiding place
I'm worried I'll forget your face
And I've asked everyone
And I'm beginning to think I imagined you all along

I elongated my lift home
Yeah I let him go the long way round
I smelt your scent on the seatbelt
And kept my shortcuts to myself

I saw your sister in the cornerstone
On the phone to the middle man
When I saw that she was on her own
I thought she might understand
She was close, well you couldn't get much closer
She said I'm really not supposed to but yes,
You can call me anything you want