jueves, 18 de diciembre de 2008

Cosas de hombres

Nos vimos tres o cuatro veces
por toda la ciudad.
Una noche en el bar del Oro
me decidí atacar.

Tú me dijiste diecinueve
no quise desconfiar
pero es que ni mucho ni poco
no vi de dónde agarrar.

Y nos metimos en el coche
mi amigo, tu amiga,
tú y yo
te dije nena dame un beso
tú contestaste que no.
Empezamos mal y yo
creía que este era un buen plan.

Aquella noche fue un desastre
no me comí un colin
estas son solo un par de estrechas
nos fuimos a dormir.

Pero la fuerza del destino
nos hizo repetir,
dos cines y un par de conciertos
y empezamos a salir.

No se esa cara tan rara
un ojo aqui un diente alla
o el cuerpecillo de gitana
mujer a medio terminar.

Y nos metimos en el coche
mi amigo, tu amiga
tú y yo
te dije nena dame un beso
tú contestaste que no.
Empezamos mal y yo
creía que este era un buen plan.

Y desde entonces hasta ahora
el juego del amor
nos tuvo tres años jugando
luego nos separó.

Pero la fuerza del destino
nos hizo repetir
que si el invierno viene frío
quiero estar junto a ti.


Yo creí que Ana Torroja era gay, no lesbiana, debo confesarlo. Talvez por la más sencilla deducción debido a la ambiguedad estética que la española llevaba marcada en los ochenta. Ni siquiera sabía que se llamaba Ana cuando la vi en la TV. En fin. “Ella me vio y se acercó, el flechazo fue instantáneo y cayó entre mis brazos”…se lo dedicaba a las mujeres... como si decirle gay a fuerza de su pelo corto y su aire viril fuese un entuerto con todo y las acertadas notas de su muy femenina voz. Más fácil digerir la figura de un hombre frágil, del hombre maricón, que la de un marimacho…en vez de vilipendio el referirme como gay acerca de Ana Torroja quizá fue lo políticamente correcto en un mundo falocéntrico, que trata de invisibilizar a las mujeres, más aun a las lesbianas y peor a las trans masculinas.





En absoluto que Ana Torroja sea gay o lesbiana, así lo ratificó de alguna manera con su matrimonio y su hija, pero sí que supo de lesbiana disfrazarse al encarnar un personaje virilizado como protagonista de las historias en las canciones de Mecano. Claro, es que Torroja cantaba las canciones de Nacho Cano, tal cual las escribía, y así la percibimos andrógina multicolor, anoréxica y hasta fea por el aparente escaso estrógeno que hacía de sus facciones más bien toscas. No así ahora que ya no tiene la imagen de un niño sino de una señora, por cierto muy sensual, así ella transgredió su estética y quién sabe hasta sus preferencias sexuales. Cada uno tiene su propia historia.

Más simple es pensar que cualquier individu@ (lo escribo así para destacar su ambigüedad sexual) cuya estética de género es confusa sea “gay” que pensar que se trate de una mujer que dice que es hombre. Es más sencillo. Las trans masculinas, al contrario del espectáculo de los travestis, son invisibles. Es más “bonito” trasgredir los rasgos de un hombre a la delicada estética femenina que engrosar la voz, desarrollar vello y ensanchar la espalda; es digno de un show, para eso están los drag queens, pero un trans masculino jamás irá a la pasarela a exhibir el resultado de la transgresión sexual menos aceptada: ya que son hombres sin pene y el hombre sin pene simplemente no es hombre porque la masculinidad se ha reducido al falo, como si el rol de macho fuese solo sexual.


Ayer en la Flacso, en el foro "Cosas de hombres, trans masculinos y activismo político en el Ecuador", escuché a Nael Condel, un chileno trans. Más fácil para él vivir en Chile que en Ecuador, pensé yo. Pero eligió fajarse esta sociedad. Nael tiene su novia y esta lo aceptó, es decir aceptó que Nael “no tuviera pene”. La historia de Nael, como de tantos otros trans masculinos, fue descubrirse como hombre en un cuerpo incorrecto por lo que optó por un tratamiento hormonal a base de testosterona para transgredir. Los resultados son realmente mágicos y si la estética es parte de la esencia de la imagen del género pues Nael consiguió incluso ser un hombre apuesto. “Este soy yo, soy más bien un hombre tradicional, mi novia y yo somos unas pareja hetero”, refirió. Y entre risas lo que más le agrada de ser trans es no preocuparse por la disfunción eréctil o por el tamaño del miembro, ¡además de tener la comodidad de orinar sentado!

Coli Fernández, trans masculino, también fue confundido por gay. Lo acusaron de rozarle a una compañera de trabajo con su presunto órgano masculino. “Yo no tengo pene”, había confesando ante la denuncia, “Te equivocas”. Así fue como salió de la invisibilidad en su ambiente laboral, pero asimismo lo despidieron “porque el trabajo que desempeñaba era para hombres”, hombres con pene quiero decir.

Ni Coli ni Nael quieren tener hijos como muchas otras personas que no los desean. Son seres comunes y corrientes solo que no tienen pene y talvez eso sea lo de menos. No se sienten hombres, son hombres, dicen. No son lesbianas ni se cobijan en la imagen de Ana Torroja. Al fin y al cabo Ana fue un personaje construido que deambuló en una ambigüedad sexual no develada, al menos al público. Ella solo acudió al truqueo. Desnudas todas tienen vagina y eso no quiere decir que sean mujeres. He dicho.

2 comentarios:

Tyler Durden dijo...

Y qué opinas de esto??
http://devotosdelaandroginia.blogspot.com/2008/12/paciencia.html

Pornografía con declaración de intenciones??

Ya ves que sin la opción de seguir el blog, te sigo igualmente:-)

Paola Calahorrano dijo...

Ooopssss, so heavy, cuando termine de digerirlo escribo..jeje, gracias por seguirme leyendo..