sábado, 31 de octubre de 2009

Creo que debiste llamarte Alejandra

Mil imágenes, a mil, laceran el grosor del papel con el apellido Pizarnik.

Ojos negros y un jersey gris en la soledad de una ventana de alfeizar oxidado.

Mil horas son y la mirada de los otros ha cambiado en algo,

con la comisura de los labios hacia arriba y a la vez hacia abajo.

Nada tiene sentido al mismo tiempo más que el absurdo sentido de las manecillas del reloj.

El tiempo físico despide hollín viendo al alfeizar donde unos cuantos cabellos de Alejandra reposan y se mueven al compás del viento

y el viento es el tiempo físico.

No tengo ganas de medirlo. Estará en el baile de los muertos la medida exacta,

en las calaveras esperando por la carne devorada por rabiosos canes.

La extracción de la piedra de la locura es el título y yo le he puesto el epígrafe de la búsqueda del tiempo perdido.

El tiempo perdido se ha sumado a los desérticos vientos que agitan el cabello de Alejandra,

lo empolvan y lo vuelven pastoso.

Ella nunca más podrá volver a peinarse.

1 comentario:

RODOLFO YBARRA dijo...

Saludos desde Perú. Me ha gustado mucho este blog con rafias de Ciorán y la buena poesía de Panero, y la de todos los malditos franceses (benditos sean).
Acabo de linkearte y de hacerme seguidor.
El gato negro de Baudeliere acaba de maullar.

Saludos y te espero en mi blog:

http://rodolfoybarra.blogspot.com/