martes, 16 de junio de 2009

Lunas de Lorca, fatal y sensual

(Publicado en Diario Hoy, el 16 de junio 2009)

La obra conmemora el 33. Aniversario de la Compañía Nacional de Danza

La luna, el símbolo implícito de la obra de la coreógrafa ecuatoriana Isabel Bustos -Lunas de Lorca-, es el hilo conductor del performance que se presenta hoy en el Teatro Nacional Sucre para celebrar los 33 años de la Compañía Nacional de Danza. El coreógrafo Jorge Alcolea fue el encargado de poner en escena el performance dancístico creado por la artista radicada en Cuba con bailarines ecuatorianos y presentado por primera vez en la Isla con el elenco del grupo Retazos. De acuerdo con María Luisa González, directora de la Compañía Nacional del Danza, esta creación es una propuesta en la cual se recupera el espíritu de Lorca, donde está el amor y la fatalidad y que no presenta rupturas dancísticas de riesgo relacionadas con la vanguardia, sino con la técnica formal moderna.

Con una sobria escenografía compuesta por sillas, la obra no es una narración textual estructural, sino que esta se rompe, tal cual el surrealismo, para dar cabida a un cúmulo de sensaciones a través de imágenes, así se logra, según González, conjugar el ritmo poético del escritor español Federico García Lorca con el ritmo danzado que confluye estrictamente en el simbolismo. Así, la pieza expone las imágenes recurrentes de Lorca como el toro o la luna.

Un muerto yace en el piso, con él se conecta el resto de bailarines a través de un ejercicio emocional individual que se plasma en el color negro de la vestimenta de hombres y mujeres de terno y vestidos largos, en una figura que se traduce en oxímoron para la alegría del mundo gitano. La técnica contemporánea se expone a través del release, Graham y la danza teatro, en frases largas, precisas, y limpias, en su mayoría, en cada secuencia coreográfica. La gestualidad, asimismo, se destaca en la mirada precisa de los bailarines.

La muerte es cargada en brazos, lo que simboliza el fatalismo presente en la pieza dancística, en contraposición con el amor pasional entre las parejas de danzantes conjugada con la música de las guitarras. De pronto, la pasión se ve interrumpida por la tragedia de una herida de muerte que se contrapone al palmeo de legado flamenco y la imagen del toro viene como metáfora del hombre, lo que finalmente remite a la muerte, a la que los protagonistas deben enfrentarse. “Hay misterio en lo gitano, hay sensualidad, hay rivalidades”, expresa la directora en voz alta.

González cuenta que la Compañía Nacional de Danza tiene obras clásicas como La consagración de la primavera, El réquiem de Mozart y Lunas de Lorca, pero además la institución cuenta con otra vertiente de la Compañía como La puerta de Jorge Alcolea, que es una pieza contemporánea. El objetivo de la CND ahora es fortalecer las dos vertientes. La compañía ahora tiene estreno tres veces al año. Lunas de Lorca sería el segundo, luego de La Puerta, y el tercero será una obra de danza para niños.

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