sábado, 22 de agosto de 2009

No ceiling

Modern Languages Building

No Ceiling (Eddie Vedder)

Comes the morning
When I can feel
That there's nothing left to be concealed
Moving on a scene surreal
No, my heart will never
Will never be far from here

Sure as I am breathing
Sure as I'm sad
I'll keep this wisdom in my flesh
I leave here believing more than I had
And there's a reason I'll be
A reason I'll be back

As I walk
The Hemisphere
Got my wish
To up and disappear

I been wounded
I been healed
Now for landing I been
Landing I been cleared

Sure as I'm leaving
Sure as I'm sad
I'll keep this wisdom
In my flesh

I leave here believing
More than I had
This Love has got
No Ceiling

You are a wildcat! Welcome to the UofA (University of Arizona), el mundo dentro de la bipolaridad de Tucson, entre los bohemios freaks del suroeste y la cultura chicana. I have just arrived to the far west, need no guns to strive up. This is a lonely path that it seems the one which the famous rolling stone rolled. Y mientras digo esto, por qué tiene que pasarme a mí, oigo crujidos de las paredes del departamento donde vivo a fuerza de los retozos de una pareja freshmen de vecinos, a quienes vi una sola vez. Se ve interrumpido mi nuevo silencio por los ruidos y el desparpajo de los aún adolescentes de la puerta de al lado. I feel strange. This is weird, I am the married not them! El edificio donde estudiaré es el de Modern Languages, que se ubica junto al de Education, Administration Building y Student Union de la Universidad de Arizona. Desde la parada de la línea 3 de Suntran hasta el departamento de español me toma llegar a pie unos quince minutos, que bajo el sol del desierto se multiplican por tres más gotas de sudor y el automático bronceado, que bien me vendría para no salirme de los parámetros de las freshmen californianas, de estilo Paris Hilton, a quienes daré clases de español. En la línea 3 me había acordado de Charles Bukowski y su estancia en Tucson. En la oficina de Katia Bezerra, Dean of Graduate College, con los rayos de sol calentando la madera de la mesa de recibimiento, imaginé a David Foster Wallace caminando en los pasillos de esta universidad entre sus personajes caricaturizados como aquellos de Black Hole Sun de Soundgarden. “I am seated in an office, sorrounded by heads and bodies. My posture is consciously congruent to the shape of my hard chair. This is a cold room in University Administration, wood-walled, Remington-hung, doublewindowed against the November heat, insulated from Administrative sounds by the reception area outside”…son las primeras palabras de Foster Wallace en su capítulo “Year of Glad” de The Infinite Jest (La broma infinita) y ahora me siento inserta en su historia como unas letras más escritas con dolor de estómago lejos del aire acondicionado. I think he is a barefaced man, genuine, the one who I need this moment to settle in here. I’m in Arizona, where he lived, eated, fucked and writed. This soul should be stuck in one of these streets.

Tucson me había referido a literatura sucia desde que supe que Bukowski había vivido acá. Imagino que su casa era en el sur, ya he visto varias caras con su estilo viejo perro sin hogar, de curtida piel y ojos hundidos y gritando “nací para robar rosas de las avenidas de la muerte” en una taberna de música country. Your hands in mine, they scratch the skin of sensitive. Again they start to yell like a couple in a hardcore porn movie. Me muevo en la solitaria sala sin muebles y pequeños temblores debajo de mis zapatos me recuerdan que no estoy sola, al otro lado de la pared quizá se está creando otro ser humano. So corney! Girl. Por el arte de la contemplación es que yo vine a insertarme en el estructuralismo ahora visto por mí como la jaula de creadores cuyos versos nunca fueron escritos sino en el palimpsesto del olvido en los tentáculos del capitalismo. Daré clases junto a la bandera de los Estados Unidos pero me pagarán por estudiar literatura. Y vine atrás de Tom Waits y Leornard Cohen, pero ellos no han existido aquí. I mean they are in me, whenever I am. Ellos pertenecen al lugar que nosotros queramos que pertenezcan, excepto por estar junto a un carril que fue de John Lennon en el Hard Rock Café de Chicago.

Cuando llegué me acordé de Portland, el de Portland de My Own Private Idaho, al que quiero ir, para quedarme dormida en medio de la carretera y despertar en el parque de la Carolina o la Circasiana. Era River Phoenix antes de morirse, de puto, el que conocería a Keanu Reeves y juntos irían en busca de su madre a Italia. Luego recordé Into the Wild: Cristopher McCandless muriendo por haberse quedado atrapado en la profundo de la naturaleza cerca del Parque Nacional Denali en Alaska. El solo buscaba un período de absoluta contemplación abandonando la sociedad como lo hizo Thoreau, uno de sus referentes junto a John London y Tolstoi bajo el seudónimo de Alexander Supertramp, quien recorrió por Arizona antes de su paraje al norte de Estados Unidos.

Yo vine persiguiéndolos a ellos y otros más, con la banda sonora de Wild at Heart y Paris, Texas, soñando en conocer Vallejo o Castro en California, Mesa en Arizona, Amarillo en Texas. Sonríen Bobby Peru y Lula (la Laura Dern más interesante que conocí) y estoy junto a los cactus y saguaros con el tiempo detenido en el quebrado y derretido pavimento.

But I know there are more roads and nooks to look over.


1 comentario:

Unknown dijo...

hola, interesante lo que dices de julio pazos en mi blog, a propósito,gracias por visitarlo. genial este post, me llama la atención la poesía de bukowski y qué decir de leonard cohen. Claro, los poetas existen y no existen pues su palabra es errante y sinuosa. Saludos