miércoles, 28 de marzo de 2007

Buddha Sounds, ritmos posmodernistas creados para un mundo sin fronteras



Pues sí, el proyecto argentino Buddha Sounds que se enmarca en el género chillout de la música electrónica visitará el Ecuador el mes que viene y dará a conocer su propuesta, parte de las últimas corrientes musicales a escala mundial, con una filosofía asimismo electro-oriental.

Todo empieza con la búsqueda “digital” de la añorada tranquilidad en una sociedad que habita en un mundo desenfrenadamente rápido, que está estrechamente enlazado a la Internet, el Play Station, los videoclips y la junk food. Lo que se podría traducir, musicalmente hablando, en la concepción actual de lo más comercial y discotequero, el tecno; el cúmulo de fragmentos que conforman el diario vivir de la gente en la actualidad simplemente se denomina, como diría Jean Baudrillard, posmodernismo. Y no es inherente a las sociedades industrializadas o del primer mundo ya que el rasgo positivo de la globalización discutida en esta corriente filosófica es la pérdida de la exclusividad de la frontera, por ende, estas manifestaciones no tienen barreras para difundirse. Lo malo es que asimismo con la rapidez que empiezan, finalizan, en fin...

Para la suerte de los adeptos de la música electrónica no convencional hay una gran variedad de géneros cuya ideología se desarrolla sobre la base de la fusión de importantes ritmos folclóricos de cada región, y no en función de caer en la hibidrez más banal sino con el fin de lo que en términos cinematográficos se denomina flashback. Partiendo de que esa es la nueva tendencia en cuanto a las artes se refiere. Somos espectadores de una psicosis urbana que está en la búsqueda de cierta digerida espiritualidad con tintes de comida sana y light, aunque lo light,a fuerza de aspartame, sea lo más antinatural que existe en cuanto a comida; asimismo resultaría light lo que el término chillin dennota. Una palabra del inglés que significa relajarse, lo que enseguida se ha aplicado a un género específico de música electrónica cuya finalidad es precisamente esa, el relax, no en vano se han escuchado términos como after office, after party, lounge, y una gran variedad de palabras que han pasado a ser neologismos de manera fácil, ya que el inglés es el lenguaje del posmodernismo y los habitantes de todos los países tendrán que hablarlo en plazo de pocos años.

El referente más grande que tenemos para el chillout sin duda alguna es la serie Café del Mar que hoy se encuentra en su 13.ª edición, nacido en una de las capitales de la música electrónica en el mundo, las europeas islas de Ibiza, uno de los sitios más concurridos por los famosos a partir de finales de los años sesenta. Conocí las islas de Ibiza a través de la canción de Pink Floyd del mismo nombre, del album More, por lo que no es nuevo que este sitio español sea un referente en lo que a diversión europea se refiere.
Café del Mar nació a manera del soundtrack de las puestas de sol costeras de la mano del DJ famoso José Padilla, a quien se le atribuye la máxima invención de lo que se denomina chillout music, otros representantes menos famosos son Lenny Ibizarre y Paco Fernández, sin dejar a un lado la conexión de este género con el triphop electrónico muy difundido en Europa con representantes como la actriz Najwa Nimri, pero esta corriente experimental que cuenta con el apoyo de los instrumentos musicales y de la voz de una artista es materia de otro análisis.

En Café del Mar confluyen varios ritmos e ideologías dignos de escucharse y de leerse. A partir de 1994 constituyen una especie de re-innovación musical al mezclar desde música clásica, pasando por Mozart y Beethoven, hasta ritmos de flamenco y bossa nova, sin olvidar la música árabe e india con los acordes de la música electrónica soft. Esta colección ha llegado ha considerarse un hito musical ya que ha logró internacionalizarse a escala mundial, tanto así que el famoso bar Café del Mar, del que fue tomado el nombre para bautizar a esta colección, tiene varias sucursales en toda España y hasta no sería raro que abra franquicias en el exterior. Relativamente en poco tiempo, el chillout ha pasado a ser un símbolo de lo contemporáneo porque más que música insmiscuye un estilo de vida propio del mundo actual.

Con estos antedecedentes, América del Sur no se ha quedado fuera. Argentina, país que tiene estrechas relaciones artísticas con Europa, posee grandes representantes de este género como Bajo Fondo, Narcotango y Buddha Sounds y son las últimas manifestaciones de este relativamente nuevo género que nace a partir de 2002 en las tierras gauchas. Los dos primeros son una innovación para el mismo folclor argentino ya que elaboran una mixtura del tango con lo electrónico, para crear un nuevo género que es escuchado por la nuevas generaciones, el electrotango; sin embargo el tango es un ritmo cien por ciento argentino pero que gracias a esta mezcla posmodernista ha pasado a pertenecer al mundo, tal como ocurre en la globalización.
Así, Buddha Sounds se ha tomado la atribución de mezclar ritmos árabes e indios, que ya no son exclusivos de esas regiones exóticas porque el mundo los ha regresado a ver en un flashback para tomarlos como parte de su repertorio y de la moda actual con la música electrónica. De esta forma, el “gurú” argentino Alejandro Seoane ha realizado una zaga de tres álbumes y los pone en el tapete para el gusto del público más experimental (A Personal Voyage Into a Down Tempo Lands del 2002, Arabic Dream del 2003 y Chill In Tibet del 2005), de la misma esencia de la serie parisina Budhha Bar que ya cuenta con ocho ediciones.
Buddha Sounds no deja de ser light ni de ser un producto elaborado con retazos, pues lleva el sello del fragmento al que me referí anteriormente. El chillout está elaborado sobre la base de fragmentos de aquí y de allá, es innegable, pero asimismo es un producto de la actualidad porque ya no hay grandes obras magistrales y porque al parecer en esta época ya todo está creado. Lo que ya está creado es el elemento con lo que a su vez se re-crean nuevas obras a manera de laboratorio.
Seoan, su aka, presentará Buddha Sounds en Quito el viernes 27 y sábado 28 de abril en el Teatro Bolívar en un performance innovador que combina imágenes de video, la fragancias del sahumerio, la danza de bailarinas provenientes de la India con sonidos digitales y acústicos, lo que constituye una experiencia totalmente sinestésica-electro-acústica que llega más allá del estrictamente sentido auditivo.

1 comentario:

Unknown dijo...

Hola hola, esta bacán el blog
Me gustaría que hicieras una reseña de los Floyd, veo que te gusta tambien esa banda
Nuevamente felicitaciones, si publicas algo xfa me escribes ruben_not@hotmail.com